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viernes, 2 de diciembre de 2011

Tolerancia en tiempos de crueldad

Por Salvador Cruz (Colef)*
Diversas son las expresiones de violencia que hoy aquejan a nuestro país. La más voraz de todas por su sadismo, por sus consecuencias letales e impacto en la sociedad, es el homicidio doloso. Acontecimientos como los 72 inmigrantes ejecutados en Tamaulipas, los 17 adolescentes asesinados en Villas de Salvárcar en Ciudad Juárez, los más de treinta cuerpos torturados y arrojados en una vialidad en Boca del Río, Veracruz, donde se identificó un conocido transexual de la localidad, representan ejemplos de la crueldad más recalcitrante.
Al parecer, la crueldad es un distintivo de la especie humana que se emplea como medio para lograr ciertos fines. Realidad que nos hace preguntarnos por el sentido de lo humano, por lo que nos permite estar juntos unos con otros, por la sociabilidad en general. Resulta apremiante castigar a los autores intelectuales y ejecutores de dichos actos crueles, saber quiénes son los cabecillas, los hombres o mujeres en el poder, con poder y de poder, que permiten la implementación de estrategias de aniquilación que sobrepasan toda racionalidad y desvalorizan la vida humana, pero más relevante resulta cuestionarnos sobre la estructura social que lo sustenta y la cultura que lo gesta. Un conjunto de elementos posibilita a las organizaciones criminales, que como una maquinaria pesada, arrasen con instituciones, políticos, funcionarios, empresarios y diversidad de voluntades que, de forma directa o indirecta, propician, solapan o silencian cada peldaño que va afianzando la empresa criminal.
Las acciones de crueldad que vemos en estos tiempos se han ensañado con ciertas categorías de sujetos que históricamente han permanecido en la exclusión y marginalidad social; mujeres, jóvenes, pobres, migrantes, homosexuales, transgéneros, indígenas, entre otros. Pero lamentablemente, no es solamente el crimen organizado que toma como presa fácil a los grupos marginados para su explotación o victimización, sino que desafortunadamente cubre a todo el cuerpo social.
¿Qué sentimientos nos unen y nos separan de los otros?
Se habla de xenofobia, homofobia, lesbofobia, transfobia, bifobia, tantas formas de intolerancia que enmarcan nuestra sociabilidad. De forma evidente, el rechazo de lo diferente aparece como punto nodal: por clase, sexo, género, color de piel, orientación sexual, origen social, estatus migratorio, estado de salud, creencia religiosa, afinidad política o religiosa, o por una infinidad de cosas más.
Lamentablemente, estas categorías de distinción no están únicamente al exterior del individuo, sino que forman parte de él; hay homofobia en el homosexual, misoginia en las mujeres y racismo en el negro. En la interacción social hay un eje de relación marcada por la alteridad que pone en juego las categorías más abstractas del sí mismo y del otro.
La polaridad amor-odio que pernean nuestros vínculos con los otros no nos convierte en esencialmente buenos o malos, sino somos una mixtura.
Sin embargo, las acciones de crueldad sobre determinados grupos sociales muestran el poder de las redes corporativas criminales que emplean la violencia extrema como medio de intimidación y control. Los 640 crímenes de odio por homofobia cometidos en México de 1995 al 2009, los más de 6,000 asesinatos de hombres solamente en tres años y 1,321 feminicidios en Juárez de 1993 a la fecha representan categorías que comparten, en su gran mayoría, la pobreza, la marginalidad y la exclusión social. Es en estos cuerpos donde se materializa la crueldad más hiriente.
Deysi Robles López, de 17 años y con ocho meses de gestación, le extrajeron el bebé y la quemaron aún con vida (Envuelve misterio caso de la embarazada muerta, El Diario, 27-10-2011); Andrés Angón, de 17 años y Miguel Ángel García de 15 años fueron levantados por un comando y sus cuerpos fueron desmembrados y distribuidos en diez puntos de la ciudad (Adolescentes 2 de los descuartizados el martes pasado, El Diario, 26-10-2011), ambos casos en Ciudad Juárez. ¿Qué significados tienen estas acciones de crueldad? Según Berezin, la crueldad es un rasgo exclusivo de la especie humana, es una violencia organizada para hacer padecer a otros sin conmoverse o con complacencia. La crueldad es un modo de violencia que se despliega para anular cualquier modo de alteridad, es la acción de derrotar la alteridad.
Esta reflexión sobre la crueldad infringida en grupos sociales en condiciones de vulnerabilidad tiene el propósito de pensar la importancia de la tolerancia. El 16 de noviembre fue designado por la ONU como Día Internacional para la Tolerancia. En la declaración de los principios que la sustentan se condena "la purificación étnica, el terrorismo, los extremismos culturales y religiosos, el genocidio, la exclusión y la discriminación".
En este sentido, por tolerancia se entiende no sólo el respeto, la aceptación sino también el aprecio por la diversidad cultural, étnica, racial, sexual y de género, es decir, la armonía de las diferencias humanas, no únicamente como un asunto moral sino también político. Así pues, en dicha declaratoria se puntualiza que tolerancia no es concesión, condescendencia ni indulgencia, sino el reconocimiento de los derechos humanos universales y la libertad fundamental de toda persona, esto en un estado democrático y de derecho. Asimismo, en nuestra Ley Federal para Prevenir y Erradicar la Discriminación se estipula que corresponde al Estado garantizar las condiciones para que la libertad y la igualdad de las personas sean reales y efectivas.
Si la tolerancia implica que toda persona es libre de adherir a sus convicciones individuales y aceptar que los demás adhieran a las suyas propias, también significa aceptar el hecho de que los seres humanos, naturalmente caracterizados por la diversidad de su aspecto, su situación, su forma de expresarse, su comportamiento y sus valores, tienen derecho a vivir en paz y a ser como son, se señala en la declaratoria. Por ello, más que compadecernos de las víctimas y del dolor desgarrador de ellas y sus familiares, ojalá nos posibilite reflexionar sobre nuestro propio silencio, nuestra indiferencia y responsabilidad compartida por la reproducción de un orden social asimétrico, misógino, homofóbico, racista y clasista.
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PUBLICADA POR el universal.com.mx
Gracias.

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