Menos de uno de cada veinte personas consultan a un
médico cuando se enfrentan con dificultades sexuales. Curiosa paradoja!
Mientras que el sexo se muestra en todas partes y la confidencialidad médica
garantiza la confidencialidad de las conversaciones con el médico, sólo el
5% dan el paso y consultan cuando se enfrentan
a un problema sexual.
Vergüenza como primera explicación. Todo lo que afecta la
vida íntima es delicada y sensible. Ya es bastante difícil para revelar su
cuerpo a un médico después de desnudarse a estas alturas, aún menos!
Resistencia a veces al médico: Si usted siente que este es un tema que " le es molesto", evita hablar de ello. Especialmente si usted
ha intentado evocar un problema sexual y le dijo al doctor que muchas veces le
da la vuelta torpemente.
Seamos claros: La salud sexual es parte de la salud
general definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Contribuye al
bienestar general y no hay razón para renunciar (excepto voluntariamente por
supuesto). Donde hay sufrimiento, hay (muchas veces) algún tipo de tratamiento
por ejemplo.
Consulte a un sexólogo: Si el malestar es parte del
médico, tampoco debe dudar en consultar directamente con un sexólogo. Incluso
puedes pedirle que no hable de su acercamiento a su médico de cabecera si usted
quiere mantener las cosas separadas. Lo mismo si ciertos aspectos de su
sexualidad que no se sienten cómodos con la idea de que su médico de familia es
informada (gustos especiales o instintos, infidelidades, fantasías extrañas
...). Tenga en cuenta, sin embargo, que un médico está acostumbrado a dar
sentido a las cosas. Es, ante todo, un médico. Tiene, por supuesto, su propia
sensibilidad, sus diseños en contra de la sexualidad, la religión, trata a toda
la familia, pero debe mantener en todo momento una "neutralidad
benévola" para ayudarle mejor. Por último,consultar a un sexólogo
directamente.
No renunciar: En la práctica, parece más fácil no
tener en algunos casos. Por ejemplo, el 10% de las mujeres que tienen dolor
durante las relaciones sexuales han hablado con un ginecólogo. Es decir, es cierto
que el 90% de las mujeres no consultan. Esto también es más o menos el mismo
para los hombres frente a la disfunción eréctil: 5% hablar con su médico de
cabecera, un urólogo en el 5% y el 90% están en silencio. Pero aún así es mejor
que lo que ocurre en otros trastornos sexuales: cuando se trata de la falta de
libido, el 96% de mujeres y 97% varones no afectados consultar en dificultades
con el orgasmo 98 % de las mujeres no consultan y los casos de eyaculación
precoz, el 99% de los hombres no buscan ayuda. *
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