Por Peter Panthy
De eNeHache.com
El radar gay más conocido como: Gaydar (portmanteau de las
palabras gay y radar) es la capacidad intuitiva de evaluar la sexualidad de otro
como gay (homosexual), bi (bisexual) o hetero (heterosexual).
La función del "gaydar" se guía por lo general de
la información sensorial no verbal y las intuiciones. Esto incluye la
sensibilidad frente a comportamientos sociales y gestos; por ejemplo, el
reconocimiento ostentoso rechazando los roles de genero tradicionales, que
incluye ocupaciones y hábitos.
La idea del gaydar se complica cuando el hombre gay no entra
dentro del estereotipo del "gay fashion"; también con hombres
metrosexuales (independientemente de su sexualidad), quienes parecen haber
aumentado el sentido de la estética y llevan un expuesto modo de vida, con
hábitos e intereses dedicados a la apariencia personal, muy parecidos al
estereotipo de un hombre gay de ciudad.
Estudios científicos
Si, se hicieron, ¿puedes creerlo?
Un estudio del Monell Chemical Senses Center de Filadelfia,
publicó en el Diario de Ciencia Psicológica que "los hombres homosexuales
son particularmente buenos detectando el almizcle de otros hombres homosexuales".
William Lee Adams, un estudiante de Harvard, realizó una
investigación previa junto a su consejero, el Dr. Nalini Ambady (que ahora se
encuentra en la Universidad de Tufts).
El estudio original de Ambady, publicado en 1999, mostró que
los homosexuales eran mejores identificando correctamente la orientación sexual
en videos sin audio y fotografías de lo que lo eran los heterosexuales. La
investigación de Adams, comenzó en 2004, focalizándose exclusivamente en el
rostro de las personas, el punto de más interacción social.
Este descubrimiento fue elaborado por Ron Smyth y sus
colegas en 2003, encontrándose fundamentos bioquímicos en el sistema de
"radar" de los homosexuales, aspectos no presentes en hombres ni
mujeres heterosexuales. Aun cuando todos los homosexuales alegan el uso
acertado del Gaydar, la investigación demostró que los hombres son más
"precisos" que las mujeres, y que el roce social homosexual lo
perfila. Entre otros aspectos, el saberse inequívocamente homosexual, haber "salido
del clóset", entre otros aspectos, parecen ser factores que apuntan a la
precisión.
El encasillamiento -o estereotipo-
Viene principalmente del lado heterosexual (aunque algunos
gays lo asumen casi sumisamente) que engloba a toda esta diversidad de la que
hablamos en uno solo. Es un concepto simplificado de lo que, para ellos, es un
homosexual. Y por eso les cuesta aceptar o los que escapan a dicha “norma”. No
todos los gays son afeminados ni juegan volley, ni son fans de Madonna y menos
gustan de bailar cumbia con una falda amarilla; pero a muchos heteros “les
encanta” este encasillamiento porque sólo así podrían reconocerlos y hacerlos a
un lado. Imaginen su pánico al no tener forma de identificarnos -como muchas
veces, sucede-. Hagamos, entonces, todo mas difícil para esos estereotipados.
Claro que los heterosexuales también nos la hacen difícil
últimamente. Antes identificar a uno era fácil. Pero ahora, con la
metrosexualidad en boga nos descalibran el radar. Uno puede resultar “estafado”
y fijarse en alguien que de gay, sólo tiene la apariencia. Son esos que de
lejos parecen pero de cerca, cuando los oyes, ya te das cuenta que no son.
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