En materia sexual se
dice que no hay nada escrito, aunque existe la tendencia de querer “encasillar”
o “nombrar” cualquier manifestación de la sexualidad alejada de los cánones que
se consideran “normales”.
Es por ello que ahora
ha surgido un nuevo calificativo, “los hetero flexibles”, el que considera a
aquellos hombres que tienen sexo con otro nombres y no son homosexuales.
Para el psicólogo
clínico, psicoterapeuta y sexólogo Joan Vílchez, son “hombres que no acaban de
sentirse muy satisfechos pueden tener la ocasión de tener relaciones con otras
mujeres, con un hombre o probar ciertas prácticas que en otros tiempos estaban
más censuradas”.
Es por ello que para
el mundo de la ciencia este tipo de relaciones les parece natural, ya que según
explica Juan Macías, psicólogo especializado en terapias sexuales y de pareja,
a EL País, “a orientación sexual está construida socialmente, son categorías
rígidas y excluyentes, con implicaciones que afectan a la identidad individual
y social. En cambio, la práctica sexual es más flexible y más libre, es un
concepto descriptivo. Se abre un espacio tremendamente sano en el que la
exploración del deseo se libera de la identificación con una orientación
sexual”.
Un estudio realizado
en 2006 por investigadores de la Universidad de Nueva York sobre la
discordancia entre comportamiento sexual e identidad sexual encontró que 131
hombres de los 2.898 analizados reconocieron tener relaciones con hombres pese
a definirse como heterosexuales, por lo que fueron llamados SMSM (straight men
who have sex with other men, hombres hetero que tienen sexo con otros hombres).
Pero ¿cuáles son las
motivaciones de estos hombres? El perfil más extendido es el de la exploración
sexual, ya que según Vílchez “está muy de moda la bisexualidad, y en realidad
todos somos bisexuales: si cierras los ojos te costaría identificar quién te
está acariciando, si es un hombre o una mujer. No hay un hombre que sea cien
por cien homosexual ni cien por cien heterosexual”.
A esto se puede sumar
el desencanto hacia el sexo opuesto, lo cual es frecuente tras algunas rupturas
matrimoniales, “Cuando una pareja heterosexual está en crisis es habitual que
algunos hombres sientan que no se entienden con las mujeres, que son incapaces
de llevarse bien con ellas y es como que miran para otro lado. Se produce una
especie de regresión, se vuelve a un estadio anterior en el que con los hombres
se sentían bien juntos, como en la adolescencia. En muchos casos es una
necesidad afectiva que sexual real”.
Y también está el
narcicismo, como lo explicó Eugenio López, psicólogo y sexólogo, “es aquel a
quien le gusta que se fijen en él. Se da mucho en los gimnasios: le agrada
despertar admiración y no le importa que provenga de hombres o mujeres”.
Sin embargo, todos
los especialistas recalcan que este tipo de interacciones no deben ser
consideradas negativas o que requieran ser tratadas médicamente, ya que si a la
persona “no le está fastidiando, ahí no hay nada que tratar”.
OTROS PUNTO DE VISTA.
Por Dinero
Hay hombres que se
sienten mayormente atraídos por mujeres, pero que tienen sexo con hombres por
dinero. En este grupo podemos incluir a los strippers que trabajan en los
clubes gays. También están los masajistas que ofrecen sus servicios a hombres
con un plus extra. Los actores que tienen sexo con otros hombres en el cine
porno pueden no ser gays. En este grupo también se encuentran los jóvenes de la
calle que para sobrevivir, se convierten en trabajador sexuales, o también está
el hombre heterosexual seguro de sí mismo y sin compromisos que provee
servicios sexuales a cambio de dinero.
Adiccion
La práctica sexual
puede ser utilizada como una droga para escapar de cierto dolor psicológico y/o
emocional. Al igual que con otras adicciones, el adicto al sexo suele buscar
cada vez mayor intensidad en sus prácticas sexuales y su adicción asciende al
punto de necesitar una “dosis más alta” con el fin de satisfacer sus
necesidades y escapar o adormecer su dolor. Esto es muy común también en los
adictos al porno. Un hombre heterosexual comienza su adicción consumiendo
pornografía más bien light, heterosexual, pero con el tiempo empezará a ver
pornografía de sexo violento y hasta pornografía con menores de edad. Hay
muchos casos en los que un hombre adicto al sexo heterosexual busca tener sexo
con otros hombres como una manera de incrementar la intensidad de su acto
sexual.
Accesibilidad
El instinto del
desahogo sexual es inevitable. En muchos casos, existen ciertas situaciones y
circunstancias en las cuales un hombre heterosexual decide tener sexo con otro
hombre debido a la falta de otros “medios” para mantener relaciones sexuales.
Es probable que el ejemplo más conocido sea el sexo entre hombres en las
cárceles. Los otros ámbitos de solo hombres donde se puede dar esta situación
son la milicia, las casas de fraternidad, los jóvenes en las zonas campestres o
en las culturas que realizan segregación de género, en las cuales el sexo con
otros hombres está altamente disponible. También existen aquellas situaciones
en las cuales un hombre que no es gay practica sexo con otros hombres al estar
fácilmente accesible y requerir de poco esfuerzo para conseguirlo, como sucede
en las paradas de camioneros, los parques o los baños públicos.
Curiosidad
Las personas que
generalmente tienen una orientación heterosexual pueden sentir deseos leves u
ocasionales hacia personas del mismo sexo. Algunos hombres jóvenes suelen ser
abiertamente sexuales hacia otros hombres como parte de su desarrollo sexual.
Muchas veces, jóvenes exploran y experimentan con el sexo con otros hombres
como forma de aprender acerca de su propia sexualidad, para descubrir que es lo
que les gusta y que es lo que no. Es bastante común que hombres jóvenes comiencen
a explorar su sexualidad con otros jóvenes a una edad temprana. Los
adolescentes cuyas identidades aún no están definidas, suelen explorar su
sexualidad sin siquiera poseer una orientación eminentemente gay.
Bisexualidad
Existen hombres
bisexuales que practican sexo con otros hombres. Habitualmente se utilizan
términos como "bi-curiosos" para los hombres que están en una
relación de pareja con una mujer, o que se identifican como predominantemente
heterosexuales pero que también encuentran a algunos hombres sexualmente
atractivos y desean tener sexo con ellos. Sin embargo, muchos hombres cuya
orientación sexual es la homosexualidad, utilizan el término
"bi-curioso" o "bisexual" en sí mismos como una forma de
ocultar su verdadera naturaleza sexual. También existen hombres que son
verdaderamente bisexuales o que no están interesados únicamente en mujeres a la
hora del sexo.
Fetiches
Algunos hombres que
no se identifican a sí mismos como gays, pueden resultar atraídos sexualmente
por determinados comportamientos o partes del cuerpo masculino. Por ejemplo,
algunos hombres tienen al pene como fetiche; se ven a sí mismos en situaciones
en las cuales quisieran practicar sexo oral o simplemente ver el pene de otros
hombres, pero que no tienen interés ni se sienten excitados respecto al resto
del cuerpo masculino. Esta clase de hombres siempre explicitan no tener ningún
interés en estar involucrado emocionalmente o en tener relaciones sexuales con
otro hombre. También existen varias prácticas del Sado & Masoquismo en la
cual el género del compañero sexual resulta irrelevante. Por ejemplo, un hombre
heterosexual que gusta de ser azotado o recibir palmadas en el trasero podría
sentirse cómodo tanto con un hombre como con una mujer como compañero sexual,
ya que lo que lo excita es el comportamiento de su compañero y no su género.
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