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miércoles, 26 de diciembre de 2012

Conoce los 7 tipos de hombres

Conoce los 7 tipos de hombres
Susana Moscatel en su libro llamado ‘Toda mujer debe tener un marido gay...’ nos cuenta los tipos de hombres que existen. Identifica cuál es el tuyo.

El número

¿Con cuántos hombres has estado? Ésa es la pregunta que ningún hombre debe hacer, pero externan más seguido de lo que nos gustaría. Por qué demonios quieren saberlo, no tengo idea. No pueden ganar nada al obtener esa información. Igual tienen que usar condón, señores.

Y volvemos a lo mismo de siempre; si se lo preguntamos a ellos, seguro subirán sus ojitos hasta lo más alto que alcancen mientras pretenden escudriñar sus mapas mentales y encontrar el compartimiento que sostenga dicha información. Y no lo lograrán.

Pero hay de nosotras si hacemos lo mismo. Éste es un momento clave en la gran mayoría de las relaciones de la historia. No porque el número importe en absoluto, sino porque es hora de marcar territorios, de mostrar nuestra seguridad y establecer la igualdad. Si tu no te acuerdas, ¿por qué habría de hacerlo yo?

La verdad es que en la mayoría de los casos nosotras sí nos acordamos. Y si ellos lo piensan un poquito más, entonces de verdad deberían preocuparse. A diferencia de ellos, no acostumbramos a recordar ese número como nuestro rating sexual, sino como una especie de índice emocional.

No es chévere para ellos enterarse de que ahí seguramente sí hay competencia. Que aunque el tamaño sí importa (no vamos a discutir eso otra vez, ¿verdad?), definitivamente no es lo único que hace memorable o no una experiencia sexual. Si ellos supieran todas las cargas emocionales, sensoriales y sentimentales que vienen con ese número, entonces sí temblarían de solo imaginar la respuesta. Y sí, da lo mismo si ese número es 3 o 333.

Así que ni modo. Tarde o temprano nos veremos en la situación de que algún desdichado tenga el mal tino de preguntarnos eso. Muchos serán doblemente insensibles al soltar la pregunta justo cuando te encuentras en un momento profundamente íntimo y vulnerable. O sea, ya desnudos en la cama.

Pero las mujeres hemos tenido años de entrenamiento para saber qué responder. Con el transcurrir del tiempo hemos desarrollado un extraordinario recetario de frases y actitudes mágicas para sobrevivir este bache en la relación hombre-mujer. Todas éstas respuestas son reales:

- Yo ni siquiera considero contestar.
- Sí. ¿Los quieres en orden alfabético? ¿O por orden de aparición? ¿O tal vez por estaturas?... ¿Ves cómo no querías saber?
- Siempre les digo: tú eres el primero, mi amor.
- Lo que importa es el presente, ¿no?
- Si dices pocos, no te creen. Si dices muchos, se molestan.
- Le dije la verdad... para joderlo por metiche.
- ¿De verdad les quieres dar armas para que se pongan inseguros la próxima vez que les falle el aparato?
- Los suficientes para darme cuenta de lo increíble que eres tú en la cama.
- No, ¿para qué dejarlos echar a volar su imaginación?
- Son... ¿eh? Ya perdí la cuenta.
- ¿Quieres la verdad? ¿O prefieres poder dormir hoy?
- Son dos. En serio. ¿Por qué carajos no me crees?
- Sí... pero lo dividí entre dos y luego le resté tres.
- No importa cuantos hayan sido antes, lo que importa es que tú eres el último.

Ahora seamos justas, ¿qué pasa cuando les regresamos una dosis de su propia medicina y les preguntamos lo mismo? ¿Hay respuesta buena? Si nos dicen algo menor a dos cifras sonreiremos complacidas, pero en el fondo nos estaremos preguntando: ¿Por qué será que nadie quería acostarse con este? ¿Tendrá algo horrible que se me pasó ver?, y claro, si nos sueltan un número que suene a sueldo de diputado enseguida nos diremos: ¿Debo mandarlo hasta a desparasitarse antes de soltarle el ‘sí’? ¿Ven? Ellos tampoco pueden ganar con ‘el número’.

Idiotas

Mi marido gay siempre me está diciendo que necesito siete hombres en mi vida. ¿Siete?, le pregunto con temor. ¿Dónde demonios voy a conseguir el tiempo y la energía para siente hombres? Es mas... ¿me puedes decir dónde encuentro siente hombres que valgan la pena? Porque salgo enseguida para allá.

Él responde con la seguridad de un gurú. Es muy sencillo, mi amor. En cuanto a las relaciones los hombres son idiotas. Nunca vas a encontrar a uno solo que te dé todo lo que requieres. Y como una buena mujer de estos tiempos, pareces becerrito mamón. Todo el día quieres más y más. Necesitas al menos siete. A uno solo lo agotarías en menos de una semana.

Hay que aclarar que éste no es, de ninguna manera, un ataque al género masculino al que yo (y mi marido gay también) adoramos tanto. Evidentemente los hombres no son idiotas como tales, porque si no, ¿cómo es que llevan lustro tras lustro dominando al mundo?

Pero la verdad sea dicha, ellos antes no perdían el tiempo de su ocupada agenda... 8:00- Planear guerra. 11:00- Matar mamut. 14:30- Presumir a amigos mamut muerto y guerra ganada... en tratar de entender por qué nos hicieron llorar otra vez. No. Ellos estaban muy ocupados matando mamut. Siguen muy ocupados matando mamut.

Mientras tanto, tú puedes cumplir con todas tus obligaciones, tareas y responsabilidades y aún así no dejar de planear la cena perfecta con los elementos perfectos.

Quién sabe qué parte de la programación milenaria mutó en nosotras para hacernos creer que escoger el rimel perfecto realmente hará una gran diferencia entre el amor o la soledad eterna.

Entonces, cuando invertimos tanto tiempo, esfuerzo y emociones para lograr esa noche ideal, es obvio que el mundo se nos viene encima cuando él nos manda un mensaje de texto para avisarnos que no va a llegar porque se quedó jugando Halo con su primo.

Sí. Si lo vemos así, lo único que nos puede consolar es pensar que los hombres son idiotas, porque la única otra alternativa sería admitir que simplemente no les importa.

Los siete hombres

Mi marido gay tiene razón. No es que siete sea una fórmula científica, pero sí es un satisfactorio y útil número a la hora de llenar, para bien o para mal, todo nuestros vacíos y necesidades. No importa si es al mismo tiempo o en diez años. Pero estos siete hombres siempre estarán presentes para cuando los necesitemos, o cuando necesitemos darnos en la madre (que también tiene su encanto).

Además, si la práctica del número vuelve a apersonarse y nos ataca el compulsaurio (esa bestia que nos obliga, compulsivamente, a tomar decisiones existenciales sin pensarlas ni un poco) que nos hace querer decir la verdad, siete es bastante buen número. Es bueno ya tenerlo pre registrado en la mente para emergencias como esa. Nos alcanzan los dedos de las manos, pero es un buen repertorio de historias y conocimientos.

Aquí vienen algunos de los siete hombres que aparecieron más comúnmente en esas conversaciones con todas las mujeres con quienes hablé.




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