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sábado, 4 de agosto de 2012

Historia de la Homosexualidad Parte 2





La cultura homoerótica renace 


Globalmente, desde el final del Imperio Romano hasta el siglo XIII, la represión es presente pero de forma desigual en Occidente. Paréntesis portador de aperturismo, asistimos entre los siglos X y XII, en contrapunto a una creciente urbanización, al renacer del comercio, a la apertura de las universidades en numerosas regiones europeas, a una reemergencia de cierta cultura homoerótica. El amor cortés existe también entre hombres, como lo atestigua la literatura cristiana de la época (San Anselmo, San Bernardo de Clairvaux, San Aelred de Rielvaux, o el obispo Marbod de Rennes de la Escuela de Chartres, cuyos poemas ensalzando el amor entre hombres tienen difusión en Europa), y varios papas y hombres en el poder renuncian a perseguir los actos de homosexualidad (Sínodo de Letrán 1059, Concilio de Londres 1102, Decreto de Graciano 1140). En esta época renace la prostitución masculina, y el término "Ganímedes", en referencia al célebre mito griego que ve al espléndido hijo del Rey de Troya raptado por Zeus, se convierte en el sinónimo de la palabra "gay" actual. El vocábulo de "sodomita" parece estar relegado al olvido, aunque no tardará en reaparecer con fuerza y virulencia.



El absolutismo y la represión


Desde el principio del siglo XIII hasta finales del siglo XVIII, el absolutismo estatal y religioso se impone de manera paulatina en Europa. Los principios teológicos se inmiscuyen cada vez más en los códigos legislativos seculares. Con las cruzadas, los sentimientos xenófobos se expanden y generalizan. Como los Judíos, que se ven perseguidos en Europa, los "sodomitas" son objeto de persecuciones penales en todo el Continente Europeo. Así, en España, el rey Alfonso X de Castilla promulga en 1256 un código civil que castiga con la castración y la lapidación el pecado "contra-natura". Algunos años más tarde, en Orléans, un nuevo código penal prevee igualmente la castración, la amputación del pene y la hoguera para aquél que cometa el pecado de sodomía, antes de que el rey Luis IX "el Santo" legisle de igual modo en 1270.
A menudo asimilada a la herejía, perseguida sobre todos los frentes por los tribunales de la Inquisición y las autoridades seculares, la homosexualidad se afirma más netamente como un crimen contra el orden de la naturaleza bajo la influencia de Santo Tomás de Aquino (1225-1274). Este teólogo de renombre y escuchado, codifica la moral sexual cristiana en su "Summa Theologiae", y juzga los actos entre personas del mismo sexo "contra-natura", dogma casi irrevocable que alimenta la retórica de la Iglesia Católica aún en la actualidad. A principios del siglo XIV, Felipe "el Hermoso" persigue a los caballeros Templarios acusándoles de herejía y sodomía, haciendolos masacrar. En Inglaterra, el rey Eduardo II, que no se escondía de su amor por Gaveston, es destronado, castrado y empalado con un hierro candente por el recto en 1327. En Italia, desde el siglo XV, la sodomía es igualmente severamente reprimida, notablemente en Florencia, que instaura un tribunal especial para perseguir los crímenes de esta naturaleza. El fanático monje Jerónimo Savonarola, retomará el discurso a finales del siglo con sus predicaciones contra el "abominable vicio"; lo que no impedirá que en esa época del Renacimiento, muchos artistas y algunos dignitarios vivan abiertamente su tendencia homoerótica. En la Suiza medieval, las relaciones entre hombres son castigadas de igual forma que en otros países, como así lo atestigua la condena por sodomía del caballero von Hohenberg y su lacayo, que arderán juntos en la hoguera ante las puertas de la ciudad de Zürich en 1482.



El Renacimiento o el Culto a la belleza masculina


Durante el Renacimiento, bajo la influencia del neoplatonismo, doctrina forjada por el sacerdote y humanista toscano Marsilio Ficin, quien ha traducido a Platón en un intento de conciliar el paganismo de los antiguos con la moral cristiana, promovida al rango de filosofía oficial en Florencia por Lorenzo de Médicis, pese a que la ley y el discurso institucional siguen condenando firmemente la sodomía y otros actos "desviantes", el amor entre chicos vuelve a recuperar su sitio en la literatura, la pintura y la escultura. La exaltación y la glorificación del cuerpo masculino por Miguel Angel Buonarrotti (1475-1564), en la mayoría de sus obras de arte son la más vibrante demostración de ello. En Florencia y en Roma, tan solo se puede uno limitar a discutir, véase celebrar el amor cortés, la adoración espiritual y casta de un joven, pero no en practicar el "amor sodomita".


Leonardo da Vinci (1452-1519)
, artista y científico genial, es denunciado a la edad de 24 años por haber mantenido relaciones con un joven muchacho de 17, pero el asunto no irá más allá por falta de pruebas. Más tarde, tomará bajo su protección al niño de 10 años Gian Giacomo Caprotti, que permanecerá junto a su maestro durante 25 años hasta la marcha de éste a Francia. Su discreción en su vida privada, la ausencia de mujeres a su lado y sobretodo algunas obras de Leonardo da Vinci, tales como "La Alegoría del placer y de la pena", el "Viejo y el joven cara a cara" o su "San Juan Bautista" (1513), dejan entrever sus inclinaciones afectivas.
Miguel Angel, por su parte, nunca hizo misterio de que vivió por sus pasiones y que consumieron su vida y su obra. Enamorado de lo hermoso, enamorado del cuerpo masculino y enamorado de numerosos chicos, sus esculturas, pinturas y dibujos al igual que sus poemas dan fe de la fuerza del deseo. Del célebre "David" (1500), convertido en el icono gay por excelencia, al "Esclavo moribundo" (1515), pasando por sus 20 desnudos que pueblan los techos de la Capilla Sixtina (1508-1510), el artista ensalza sin descanso en su obra la belleza humana, reflejo de la belleza celestial.
En 1532, conoce al joven Tommaso di Cavalieri, un noble romano de una infinita belleza del cual cae perdidamente enamorado, y para quien escribiría más de 300 sonetos, sonetos que serían publicados modificados mucho después de su muerte, de manos de su sobrino-nieto en 1623, en plena Contra-Reforma, reemplazando el "el" por el "ella". Habría que esperar hasta 1863 para que los originales pudieran ser publicados tal y como eran por vez primera. Así, para satisfacer a las exigencias pudibundas de una sociedad intolerante y castradora, los "Sonetos" han circulado con una falsa imagen de los amores de Miguel-Angel a lo largo de 250 años. Pese a todo, los frescos y las esculturas del genio florentino siempre han estado allí y continuarán estando para dejar testimonio de su pasión por la belleza de los chicos.


"el David" de Michelangelo Buonarrotti, fechado en 1504
Otro medio de revelar su orientación homoerótica, es relacionandola a los célebres mitos culturales. El ejemplo más frecuente es, sin duda, el rapto de Ganímedes por Zeus, representado por numerosos artistas, entre los cuales Miguel-Angel. Ganímedes, mencionado anteriormente en el texto, servía para designar al joven amante en una relación pederasta, siendo empleado como referente homosexual por otros autores como William Shakespeare (1564-1616) o Christopher Marlowe (1564-1593), dos autores que, en el teatro como en la poesía, por el primero notablemente en sus "Sonetos" (dedicados al Conde de Southampton), y para el segundo en su célebre obra sobre Eduardo II de Inglaterra, tematizan la homosexualidad. Se encuentran otros mitos sobre los cuales diversos artistas muestran una voluntad de expresar una sensibilidad homosexual, tales como Apolo y Jacinto, Aquiles y Patrocles, Hércules y Aqueloüs, Narciso o San Sebastián, elevado éste al rango de símbolo gay.
Un poco más tarde, al alba de la Edad Barroca, los cuadros con sensualidad provocadora de Miguel-Angel Merisi, más conocido bajo el nombre de "Caravaggio" (1571-1610), se distancian del neoplatonismo de principios del Renacimiento. Sin vergüenza alguna, Caravaggio expone con crudeza el deseo masculino a través de los cuerpos de sus jóvenes modelos romanos. En su "Narciso" de 1596, "el Jugador de Laúd" (1596), "el Joven mordido por un lagarto" (1597), entre otras pinturas, la sensibilidad homófila se encuentra expresada libremente más que abiertamente. "El Amor Victorioso" (1602), revela un violento erotismo poniendo en escena un ángel de sexualidad encarnada, que tiene a sus pies los símbolos de la guerra, de la música y de la literatura. Esta representación, rompe con la tradición de los ángeles asexuados y deja ver sin ambigüedad los fantasmas pedófilos del pintor.



 Posteado por: retratosdelahistoria

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