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viernes, 5 de octubre de 2012

Historia de la Homosexualidad Parte 4




La Revolución Francesa deroga las sanciones penales
En Francia, al estallar la Revolución de 1789, la Asamblea Constituyente adopta en 1791 un nuevo código penal y suprime las relaciones entre personas del mismo sexo de la lista de delitos, igual que la blasfemia, la magia o el sacrilegio. Una tendencia confirmada con la promulgación del Código Napoleón en 1810. Es el Duque de Cambacérès (1753-1824), un "amateur" de chicos, proclamado segundo Cónsul por Napoleón I, quien redacta los nuevos códigos civil y penal. Napoleón I era entonces plenamente consciente de la orientación afectiva (por no decir sexual) de su segundo y, aunque siendo su cómplice y protector (recordemos que a Napoleón I le excitaba acariciar a sus imponentes y apuestos oficiales durante el fragor de la batalla, e incluso tenía a algún "chico" a su disposición), le aconsejó que para guardar las apariencias se casara, con el fin de acabar con las bromitas que se decían a sus espaldas.
Pero en Francia, la ausencia de persecuciones a niveles penales entre hombres no implicaba que se diera lugar a una general aceptación moral de las relaciones homosexuales, siendo aún muy mal vistas por la burguesía, por las autoridades religiosas y por la población, que ya tenían tras ellas varios siglos de condicionamiento homófobo.



Jean-Jacques Régis, duque de Cambacérèsç


Jean-Jacques Régis, duque de Cambacérès
Si la Austria del emperador José II ha abolido la pena de muerte por sodomía, en 1787, una ley heredada del Sacro Santo Imperio Romano Germánico, permanece sin embargo la condena de encarcelamiento de por vida con trabajos forzados hasta 1852.

En 1813, Baviera influída por el Código Napoleón, y sobre las recomendaciones del jurista Anselm von Feuerbach, despenaliza las relaciones entre personas del mismo sexo. El Estado soberano de Hannover, ya separado de Gran-Bretaña, seguiría la misma tónica en 1840. En cambio Prusia, en 1851, siendo el Estado más poderoso de Alemania, introduce el art. 143 del código penal que castiga con la cárcel "la depravación contra-natura", o sea la sodomía. Un año más tarde, Austria criminalizaría las relaciones sexuales entre mujeres, pero reduce las penas contra las relaciones entre hombres. En Inglaterra, bajo el reinado de Victoria I, la pena de muerte es abolida en 1861 y transmutada en encarcelamiento de por vida, hasta el "Labouchère Amendment" de 1885 que castiga la "gross indecency" (la grave indecencia) con dos años de trabajos forzados.
Con el florecimiento y el impulso de la Revolución Industrial y la migración creciente de la población hacia las ciudades, intervienen cambios en las estructuras sociales. Liberados de las obligaciones familiares de la vida rural, cada vez hay más hombres que se aprovechan del anonimato de las ciudades para disfrutar y dar rienda suelta a su homosexualidad encubierta, incluso si éstas han de vivirse en la más absoluta clandestinidad. Tengamos en cuenta que la ley sanciona con dureza esas "libertades" y que el mundo burgués impone una estricta a la par que férrea moral, basada en la familia y en una clara separación de los roles masculinos y femeninos. La economía y la ética burguesa tan solo tienen un lema: producir y reproducir.


Suiza: Heinrich Hössli, pionero del movimiento de liberación homófilo
En la Suiza del siglo XIX, la mayoría de los cantones germánicos castigan las relaciones entre personas del mismo sexo con penas yendo de un a cuatro años de cárcel. Sin embargo, y gracias a la influencia del Código Napoleón, no se persiguen dichas relaciones penalmente en los cantones de Ginebra, Vaud y Valais, así como en el Tessin. El advenimiento de la Suiza moderna y la Constitución de 1848, no cambian lo ganado y otorgan a los cantones la libertad de legislar en materia de derecho penal. Se tendrá que esperar al Código Penal federal de 1942 para que las relaciones entre personas del mismo sexo dejen de ser castigados con la cárcel a escala nacional.

 

Es el Glariense Heinrich Hössli (1784-1864) quien puede considerarse como el orígen del movimiento de liberación del amor entre hombres tanto en Suiza como en Alemania. Decorador interiorista y gran costurero/modisto muy respetado en el mundo de la moda femenina en Suiza, hombre de negocios exitoso, casado y padre de dos hijos, Hössli publica en 1836 en Glaris el primer volúmen de "Eros, die Männerliebe der Griechen" (Eros, el amor entre hombres Griegos), una obra que redescubre la Historia del Amor entre hombres en materia de educación, de literatura y de legislatura, de la Grecia Antigua al principio del siglo XIX, pasando por los países islámicos. Incluso proporciona una lista de hombres célebres que amaron a otros hombres. En su prefacio, Hössli escribe: "Tu silencio o tu voz decidirá de ahora en adelante tu propio destino de hombre y, castigo o bendición, te guiará más allá de la vida. Escribe, por Dios! O sé juzgado y cargado de remordimientos para la eternidad." Las palabras de Hössli son el reflejo de la reprobación social y jurídica que cubren las relaciones entre personas del mismo sexo en la Suiza central en aquella época, y dan fe de la valentía necesaria para osar abordar semejante tema. Hössli publicaría el segundo volúmen de su libro en Saint-Gall dos años más tarde, las autoridades de Glaris habiendole denegado el permiso de publicarlo. Moriría antes de poder acabar el tercer volúmen de su obra. La obra de Hössli es revolucionaria en la medida en que es el primer libro de la época moderna en defender sin florituras el amor entre hombres y en recuperar algunos aspectos de la Historia que fueron conscientemente olvidados o falsificados por otros. Y también porque tendrá un impacto considerable sobre otro gran precursor del movimiento homófilo, el alemán Karl Heinrich Ulrichs.


Karl Heinrich Ulrichs: el primer "coming out" de la época moderna
Influenciado por la obra de Hössli, Karl Heinrich Ulrichs (1825-1895), jurista y asesor del tribunal del Reino de Hannover, publica en 1864 bajo el seudónimo de Numa Numantius "Búsquedas sobre el enigma del amor entre hombres". En su obra, inventa el término "uranismo" (que es sacado de "Urania", otro de los nombres de la diosa Afrodita mencionado en el discurso de Pansanias en el Banquete de Platón), Ulrichs nombra "Urninge" (Uranianos o Uranienses) a los hombres que aman a los de su mismo sexo, "Dioninge" a las personas que aman a las del sexo opuesto, y "Urninden" a las mujeres que aman a las mujeres. Considera a estas personas como pertenecientes a un "Tercer Sexo" y adelanta la teoría del alma feminina en un cuerpo masculino y viceversa.







 

En 1866, la Prusia del canciller Otto von Bismarck (1815-1898) y del rey Guillermo I, invade y se anexiona el reino de Hannover. Al servicio del reino, Ulrichs es acusado de actividades subversivas y encarcelado, sus escritos confiscados. Bismarck tenía ideas bien precisas sobre las relaciones homosexuales: si se aceptaba la sexualidad entre hombres, problemas de autoridad y de jerarquía podían surgir, poniendo en peligro el ejército, la administración, la justicia y la policía.
El 29 de agosto de 1867, un mes después de salir de la cárcel, Ulrichs consigue reunir algún dinero entregado por sus amigos "Uranianos" para viajar a Munich, dónde se celebra la conferencia anual de los juristas alemanes. Durante su discurso, es silbado cuando afirma que el uranismo debía ser tolerado socialmente antes que ser condenado. Es el primer "coming out" realizado en cuanto a acto político se refiere, la primera vez en el mundo moderno dónde un homosexual afirmándose como tal toma la palabra en público con el fin de reclamar la libertad sexual y amorosa. Sus colegas impedirán que acabe su discurso. Es el escándalo: Ulrichs es obligado a retirarse de la tribuna. Para no faltar a su honor y a su valentía, hace acto de presencia durante la recepción que clausura la conferencia, a pesar de que la mayoría de sus colegas le rehúyen y no le dirigen la palabra. Ulrichs será obligado en abandonar Munich y a refugiarse en Würzburg, desde dónde sigue publicando pero con su auténtico nombre la segunda parte de sus "Búsquedas". En 1868, en "Gladius Furens", relata el incidente de Munich y publica la totalidad de su discurso (el que fue interrumpido por el griterío). Algunos años más tarde, alrededor de 1870, intenta fundar una revista uraniana con el nombre de Prometeo, pero fracasa al faltarle apoyos. Abandona Alemania en 1880 para instalarse en Italia, acabando allí sus días.
Dos años después del escándalo de Ulrichs en Munich, Karl Marx envía a Engels el libro de Ulrichs. Engels le responde en una carta fechada a 22 de junio de 1869: "Los pederastas comienzan a descubrir que son un grupo poderoso en nuestro Estado. Lo que les falta es una organización, pero parece ser que ya existe aunque esté escondida. Y ya que pueden contar con el apoyo de numerosas e importantes personalidades, en los antiguos como en los nuevos partidos, su victoria parece estar asegurada. "Guerra a los Coños, paz a los Ojetes" tendremos que decir a partir de ahora. Aún es una suerte que seamos personalmente demasiado viejos para tener que temer pagar un tributo de nuestro cuerpo a la victoria de este partido. Pero ¿¡y la nueva generación!? Sea dicho de paso, tan solo en Alemania hay semejante tipo (Ulrichs) que pueda manifestarse, transformar la guarrería en teoría", escribe éste antes de llegar a la conclusión afirmando que "nosotros, pobres aficionados de mujeres, tendremos que pasar un mal momento."
En uno de sus últimos libros, "Del Origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado" (1884), Engels se pronuncia sobre la homosexualidad de los Griegos: "Se hundieron en la repugnante pederastia y envilizaron a sus dioses como a ellos mismos con el mito de Ganímedes."


Continuará

 Posteado por: retratosdelahistoria

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