
Aun se discute en el
blog la historia de cómo dos padres procesaron la homosexualidad de una hija.
Les propongo la contracara de este relato: qué le pasa a un hijo cuando un padre o una madre le
cuenta que es gay.
Les presento dos
historias, la de Pilar, de 25 años, cuyo padre es homosexual y la de Carina,
que tiene 19 años y desde los 7 vive con su mamá y su novia.
“Se divorciaron porque
mi papá es gay”
Pilar llega con varios
temores y lo dice. Tiene 25 años y cuenta que está nerviosa porque nunca dio
una entrevista a un medio y menos para hablar de la homosexualidad de su padre.
Prefiere no salir en cámara y hasta el grabador la intimida al principio. De a
poco se va soltando y cuenta…
Luego de 20 años de
casados, los padres de Pilar deciden divorciarse. En su momento la razón fue:
“Nos llevamos bien, pero no como matrimonio”. Pilar y sus dos hermanos
escucharon y procesaron cada uno a su modo la separación de sus papás. “Bastante después nos enteramos de la
verdadera razón”, aclara esta joven en apariencia muy tímida pero que a los 18
fue la primera en enfrentar a su padre: “Le pregunté directamente cuál fue la
razón por la que se habían divorciado. Me dijo: ‘Porque soy homosexual”.
Ella repite las palabras
de su padre, parece rememorar aquel momento de reconfirmación de algo que ya
sabía. “Me lo imaginaba, tenía indicios y lo tomé con bastante naturalidad”,
dice. Sus conjeturas tenían que ver con que hacía años que se había separado de
su madre y nunca supo de otra pareja suya.
“Lo que no me gustó fue que se
hayan divorciado y, como quizá la homosexualidad sea la razón, me choca un
poco”, empieza a soltarse Pilar. Y se anima a razonar en voz alta, más segura.
Hasta logra salirse de su bronca de hija: “Aunque nos haya dolido, me parece
bien que él se haya animado a dejar la vida que llevaba, a decir lo que es, a
aceptarse a sí mismo y con su entorno”.
Pilar también puede
ponerse en el lugar de su madre y entiende que no le haya sido fácil procesar
el tema, que nunca hayan podido hablar en profundidad sobre el dolor que le
significó a ella. “No se animaba a
decirnos. La entiendo porque no debe ser fácil aceptar que tu ex pareja es
homosexual”, reflexiona.
Y cuenta que en la misma
dirección reaccionaron sus hermanos: “Les costó más que a mí aceptarlo. Quizá
porque no son gays como yo”, revela. Y enseguida aclara que no fue una
“superada” desde el principio. “A mí también me cuesta, porque uno no está
preparado para que sus padres sean gays, uno está acostumbrado a que los padres
son un hombre y una mujer y entonces no es esto otro lo que esperás”. Hace buen
rato que habla seria, pero como si ella misma quisiera darle una pincelada más
liviana a la charla agrega: “Ahora, por lo menos, todo es más sincero en mi
familia y cada uno de mis padres tiene un novio”. Sonríe aliviada.
Sobre su homosexualidad
¿Crees que la homosexualidad
de tu papá tiene algo que ver con la tuya? Pilar se queda pensativa unos
segundos. “Lo he pensado, se que no es hereditario o físico pero la verdad no
se porque la homosexualidad es algo que se te impone”, dice. Y sigue
reflexionando como para sí pero en voz alta: “En varios aspectos soy parecida a
mi papá, incluso físicamente, así es que quizá haya algo, la diferencia con él
es que yo no lo tuve que reprimir, lo acepté desde siempre”.
Cuenta que a los 13 años
ya se dio cuenta de que le gustaban las chicas y a los 14 lo empezó a contar a
algunas compañeras. Hoy toda su familia y las personas de su círculo más
cercano lo saben. “Se lo conté primero a mi papá, porque yo ya sabía de su
homosexualidad y pensé que me iba a poder entender. Luego se lo dije a mi mamá.
Los dos reaccionaron igual de bien y me dijeron que lo sabían desde hacía mucho
tiempo”. Desde entonces, hace años que Pilar vive su sexualidad sin reprimirse.
Mi mamá es mi confesora cuando alguna chica me rompe el corazón. Con mi papá
compartimos otras cosas…las marchas de orgullo gay, por ejemplo. Ahora sí se
ríe fresca. Es el final de la entrevista.
“Mi mamá es lesbiana”
Carina prefiere
enfrentarse a la hoja en blanco y contar en una carta su historia familiar.
Como Pilar, pide no develar su nombre real y de su escrito se desprende el por
qué. Dice a modo de presentación que son dos hermanas, que ella tiene 19 años y
que es heterosexual: “Tengo novio, para quienes piensan que ser hijo de
homosexual te convierte en homosexual” (como si ésto fuera algo malo).
La historia de sus
padres, según Carina:
Si la sociedad aceptase
sin ningún problema homofóbico la homosexualidad, tener dos mamás y/o dos
papás, estaría buenísimo. Creo que todavía no estamos preparados, porque la
discriminación continúa y vivir con ella, o con miedo a ella, no está tan
bueno.
Mis papás se separaron
cuando yo tenía 7 años. Ambos al poco tiempo comenzaron a vivir con otras
personas: mi papá con su nueva novia, y mi mamá con su nueva “amiga”.
Yo me “enteré” de la
homosexualidad de mi mamá a los 16 años, cuando ella me lo dijo. Lo pongo entre
comillas porque en realidad yo ya lo sabía, todos lo sabíamos, pero nadie lo
decía, era una realidad silenciosa. No me lo había dicho antes por miedo a que
mi papá se enojara con ella y le sacara la tenencia.
Yo me lo tomé re bien,
¡¿cómo no iba a aceptar la orientación sexual de mi mamá?! Si no tenía nada de
malo, ya llevaba 9 años viviendo con ella y su novia, y nunca encontré ni una
sola contra, más bien, muchas ventajas.
Su novia, pasados los
años se convirtió en una segunda mamá para mí. Ella no tiene hijos, pero así y
todo recibe un regalito el Día de la Madre de mi parte. Y yo me convertí en su
hija. Hasta lleva en su piel tatuada mi inicial. Muchos podrán decir que esto
es un disparate, y podrían agregar que yo tengo una sola mamá, que es la que me
tuvo 9 meses en su panza. Pero quienes lo piensan están fuera de nuestra casa,
no nos conocen… porque dentro de casa todas sabemos el amor que ahí adentro
corre. Eso es muy lindo.
Si ustedes tuvieron la
oportunidad de tener una mamá que les brindara todo su amor… ¡imagínense lo que
sería que dos mamás te lo den! ¡es el doble de maravilloso!
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publicada en Arte y cultura
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