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viernes, 14 de diciembre de 2012

“Mi papá es gay”



Aun se discute en el blog la historia de cómo dos padres procesaron la homosexualidad de una hija. Les propongo la contracara de este relato: qué le pasa  a un hijo cuando un padre o una madre le cuenta que es gay.

Les presento dos historias, la de Pilar, de 25 años, cuyo padre es homosexual y la de Carina, que tiene 19 años y desde los 7 vive con su mamá y su novia.



“Se divorciaron porque mi papá es gay”


Pilar llega con varios temores y lo dice. Tiene 25 años y cuenta que está nerviosa porque nunca dio una entrevista a un medio y menos para hablar de la homosexualidad de su padre. Prefiere no salir en cámara y hasta el grabador la intimida al principio. De a poco se va soltando y cuenta…

Luego de 20 años de casados, los padres de Pilar deciden divorciarse. En su momento la razón fue: “Nos llevamos bien, pero no como matrimonio”. Pilar y sus dos hermanos escucharon y procesaron cada uno a su modo la separación de sus papás.  “Bastante después nos enteramos de la verdadera razón”, aclara esta joven en apariencia muy tímida pero que a los 18 fue la primera en enfrentar a su padre: “Le pregunté directamente cuál fue la razón por la que se habían divorciado. Me dijo: ‘Porque soy homosexual”.

Ella repite las palabras de su padre, parece rememorar aquel momento de reconfirmación de algo que ya sabía. “Me lo imaginaba, tenía indicios y lo tomé con bastante naturalidad”, dice. Sus conjeturas tenían que ver con que hacía años que se había separado de su madre y nunca supo de otra pareja suya.  “Lo que no me gustó  fue que se hayan divorciado y, como quizá la homosexualidad sea la razón, me choca un poco”, empieza a soltarse Pilar. Y se anima a razonar en voz alta, más segura. Hasta logra salirse de su bronca de hija: “Aunque nos haya dolido, me parece bien que él se haya animado a dejar la vida que llevaba, a decir lo que es, a aceptarse a sí mismo y con su entorno”.

Pilar también puede ponerse en el lugar de su madre y entiende que no le haya sido fácil procesar el tema, que nunca hayan podido hablar en profundidad sobre el dolor que le significó a ella.  “No se animaba a decirnos. La entiendo porque no debe ser fácil aceptar que tu ex pareja es homosexual”, reflexiona.

Y cuenta que en la misma dirección reaccionaron sus hermanos: “Les costó más que a mí aceptarlo. Quizá porque no son gays como yo”, revela. Y enseguida aclara que no fue una “superada” desde el principio. “A mí también me cuesta, porque uno no está preparado para que sus padres sean gays, uno está acostumbrado a que los padres son un hombre y una mujer y entonces no es esto otro lo que esperás”. Hace buen rato que habla seria, pero como si ella misma quisiera darle una pincelada más liviana a la charla agrega: “Ahora, por lo menos, todo es más sincero en mi familia y cada uno de mis padres tiene un novio”. Sonríe aliviada.

Sobre su homosexualidad

¿Crees que la homosexualidad de tu papá tiene algo que ver con la tuya? Pilar se queda pensativa unos segundos. “Lo he pensado, se que no es hereditario o físico pero la verdad no se porque la homosexualidad es algo que se te impone”, dice. Y sigue reflexionando como para sí pero en voz alta: “En varios aspectos soy parecida a mi papá, incluso físicamente, así es que quizá haya algo, la diferencia con él es que yo no lo tuve que reprimir, lo acepté desde siempre”.

Cuenta que a los 13 años ya se dio cuenta de que le gustaban las chicas y a los 14 lo empezó a contar a algunas compañeras. Hoy toda su familia y las personas de su círculo más cercano lo saben. “Se lo conté primero a mi papá, porque yo ya sabía de su homosexualidad y pensé que me iba a poder entender. Luego se lo dije a mi mamá. Los dos reaccionaron igual de bien y me dijeron que lo sabían desde hacía mucho tiempo”. Desde entonces, hace años que Pilar vive su sexualidad sin reprimirse. Mi mamá es mi confesora cuando alguna chica me rompe el corazón. Con mi papá compartimos otras cosas…las marchas de orgullo gay, por ejemplo. Ahora sí se ríe fresca. Es el final de la entrevista.

“Mi mamá es lesbiana”



Carina prefiere enfrentarse a la hoja en blanco y contar en una carta su historia familiar. Como Pilar, pide no develar su nombre real y de su escrito se desprende el por qué. Dice a modo de presentación que son dos hermanas, que ella tiene 19 años y que es heterosexual: “Tengo novio, para quienes piensan que ser hijo de homosexual te convierte en homosexual” (como si ésto fuera algo malo).

La historia de sus padres, según Carina:

Si la sociedad aceptase sin ningún problema homofóbico la homosexualidad, tener dos mamás y/o dos papás, estaría buenísimo. Creo que todavía no estamos preparados, porque la discriminación continúa y vivir con ella, o con miedo a ella, no está tan bueno.

Mis papás se separaron cuando yo tenía 7 años. Ambos al poco tiempo comenzaron a vivir con otras personas: mi papá con su nueva novia, y mi mamá con su nueva “amiga”.

Yo me “enteré” de la homosexualidad de mi mamá a los 16 años, cuando ella me lo dijo. Lo pongo entre comillas porque en realidad yo ya lo sabía, todos lo sabíamos, pero nadie lo decía, era una realidad silenciosa. No me lo había dicho antes por miedo a que mi papá se enojara con ella y le sacara la tenencia.

Yo me lo tomé re bien, ¡¿cómo no iba a aceptar la orientación sexual de mi mamá?! Si no tenía nada de malo, ya llevaba 9 años viviendo con ella y su novia, y nunca encontré ni una sola contra, más bien, muchas ventajas.

Su novia, pasados los años se convirtió en una segunda mamá para mí. Ella no tiene hijos, pero así y todo recibe un regalito el Día de la Madre de mi parte. Y yo me convertí en su hija. Hasta lleva en su piel tatuada mi inicial. Muchos podrán decir que esto es un disparate, y podrían agregar que yo tengo una sola mamá, que es la que me tuvo 9 meses en su panza. Pero quienes lo piensan están fuera de nuestra casa, no nos conocen… porque dentro de casa todas sabemos el amor que ahí adentro corre. Eso es muy lindo.

Si ustedes tuvieron la oportunidad de tener una mamá que les brindara todo su amor… ¡imagínense lo que sería que dos mamás te lo den! ¡es el doble de maravilloso!
Esta entrada fue publicada en Arte y cultura

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