Powered By Blogger

lunes, 22 de abril de 2013

Transexualidad #1 -La Realidad del Síndrome de Harry Benjamín Tras el Espejo




Por Tximeletalua
Enehache.com


TRANSEXUALIDAD #1

-La Realidad del Síndrome de Harry Benjamin Tras el Espejo-



Para las personas transexuales, el acceso a un pleno desarrollo social, vive impedido e imposibilitado en nuestra sociedad. Aún cuando las posibilidades nos permitan acceder a una total transformación sexogenérica, cuestión sumamente compleja de obtenerse totalmente, aún quienes logran complementar y concluir todos los escalafones del proceso transicional, quedan estigmatizados por su pasado.



Es decir: Un hombre o mujer transexual, que en su más primitiva cognición y biológicamente sea varón o hembra en su sexo cerebral, si logra sobrepasar las etapas terapéuticas, estéticas, médicas y legales, cuando finalmente logra concluir todo su avatar, no llega a ser socialmente aceptado en su totalidad. De tal manera, aún después de rebasar todas las metas de cada uno de los procesos, seguirá siendo para la sociedad, una mujer-transexual ó un hombre-transexual.

Aún cuando existen diversos posicionamientos en cuanto a cuándo deba ser la edad más adecuada para iniciarse el tratamiento a una persona transexual. Lo cierto es que el tratamiento usualmente va en paralelo con la adecuación de aceptación familiar, y del entorno social en corto de la persona a tratarse.
  
Resulta inverosímil el que la familia y el entorno social de una persona transexual tengan también que ser tratadas en su capacidad de aceptación y reconocimiento.
  
Evidentemente lo que obliga a éste proceso terapéutico de “integración y aceptación”, es la ignorancia de la sociedad, misma que está indebidamente informada acerca de las diversas expresiones sexogenéricas. Pues es tal su desinformación, que realmente lo que tiene que “aceptar” y “reconocer”, en su mayoría son hechos biológicos o innatos a la elección individual del ser, temas qué han estado presentes desde siempre en la existencia de la humanidad.

Lamentablemente tal parece que la re-definición de algunos procesos culturales, tengan que ir acompañados de sanciones, para que estas re-definiciones sociales sucedan colectivamente. Por ejemplo: el severo castigo a quienes otrora tiraban basura en las calles, dio origen a una nueva generación, que como ejemplo, no vio a sus progenitores tirar basura en la calle. Lo mismo aplica en el respeto al equilibrio ambiental. Así pues, el escarnio ha sido el medio para re-definir nuevas culturas. ¿Acaso es que tendremos como sociedad que “escarmentar” a quienes sean homofóbicos, transfóbicos e intolerantes para generar una nueva cultura de aceptación y reconocimiento?
  
El amarillismo y la ignorancia con las que los diversos medios de difusión tratan las noticias, posiblemente los convierta, como los mayores responsables de la desinformación y estigmatización a los colectivos sociales minoritarios. Constantemente leemos y escuchamos en los medios, términos erróneos y hasta peyorativos que afectan profundamente a diversas comunidades; tratando de manera despectiva como “indígenas”, a grupos nativos. O tratando erróneamente como homosexuales, a las personas transexuales. Cuando en éste último caso, no existe vínculo entre ambos grupos, más allá del que no sea el de manifestarse conjuntamente. Cuántas veces no hemos leído, visto ó escuchado en los medios refiriéndose al crimen de una mujer transexual: “Un travestí”. “Un hombre vestido de mujer”. “Un homosexual ataviado con ropas femeninas”. Todas las expresiones anteriores denostando la correcta identidad de una mujer transexual, además de ser igualmente calificativos totalmente equívocos por definición clasificatoria.

Lo más grave, nefasto y deplorable es que los peores agresores de los derechos fundamentales del individuo aplicado a las personas transexuales, sean la autoridad del Estado y la reprobación de la iglesia. Cuando ambas entes, por la naturaleza de sus funciones, debiesen ser protectoras de toda libre expresión humana. En México, en el presente siglo, munícipes en conjunción con sus cabildos, han votado “Bandos de Policía y Buen Gobierno”, que prohíben, persiguen y castigan a personas que elijan vestirse de manera contraria a la de su propio sexo genital. Hoy en pleno año 2013, la tercer ciudad más grande del País; Puebla Capital; emplea argumentos legales para acosar, criminalizar y sancionar a personas transexuales, violentado con ello, no sólo al individuo a quien tiene obligación de cobijar; sino también; a lo descrito en los artículos XXX y X de nuestra Carta Magna.
  
En la mayoría de nuestros contextos; ya sean federales, estatales y municipales, el colectivo transexual carecemos totalmente de certidumbre e inclusión legislativa, jurídica, laboral y de atención sanitaria. Orillándonos a la marginación, al trabajo en la economía informal y en algunos casos arrastrándonos hasta el denigrante ejercicio de la prostitución. Siendo que el principal y primer objetivo del Estado deba ser el social…

Al existir discriminación laboral; el desarrollo pleno del individuo transexual, se ve completamente truncado. Pero más grave es aún, el que las personas transexuales, viéndose acotadas en el desarrollo laboral y profesional, deban sufragarse por sí mismas: costes terapéuticos, médicos, estéticos, farmacológicos y legales que son y debiesen ser suministrados gratuitamente por el Estado. Es decir: El colectivo transexual; no solamente tenemos un Estado desobligado con sus deberes jurídicos y de atención médica; sino también debemos soportar una Autoridad del mismo Estado; condenatoria, persecutoria, criminalizadora y represora…

El Colectivo Transexual, es un grupo altamente vulnerable. La marginación condena su desarrollo, y la ausencia de desarrollo lo condena a la frustración. El Colectivo Transexual tiene que sobrepasar la aceptación familiar, la aceptación social de su propio entorno, y la intolerancia,  transfobia y burla de la sociedad en general. El Colectivo Transexual debe vencer la discriminación laboral. El Colectivo Transexual debe financiar su propia y costosísima transición y trasformación. El Colectivo Transexual debe eludir las acciones persecutorias, criminalizadoras y represoras del Estado, aún cuando la norma médica le exija al individuo transexual vivir conforme a su sexo cognitivo, antes de someterse a cualquier cambio físico. El Colectivo Transexual, debe también soportar el exilio de su Fe y la exclusión por parte de su iglesia. Al Colectivo Transexual, le es atribuido el mayor índice de suicidios “inexplicables”. Y por ésta última razón, fue que el doctor Harry Benjamin descubrió el síndrome de la transexualidad; síndrome que hoy lleva su nombre.

El Colectivo Transexual, es altamente vulnerable, porque aún después de alcanzar el desarrollo pleno, será estigmatizado por ser hombre-transexual ó mujer-transexual, y no así; hombre o mujer; simple y llanamente.
  
De tal manera, al Colectivo Transexual, no le queda otra salida; sino la de unirse. Al igual que otros grupos minoritarios ya lo han hecho, y lo están haciendo. Nuestra comunidad; es minoritaria entre los minoritarios; y para engrandecerse y desarrollarse plenamente debe aliarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario