Las personas que aceptan su orientación homosexual de
manera pública están mucho menos estresadas que aquellos que "permanecen
en el armario", e incluso menos que personas heterosexuales.
Por María José Barco
Cascaraamarga.es
Éste es uno de los resultados que ha obtenido el
equipo del doctor Robert-Paul Juster, del Centro de Estudios sobre el Estrés
Humano (CESH) del hospital de Lafontaine, en Canadá, tras llevar a cabo un
importante estudio sobre el estrés.
El objetivo de esta investigación era determinar si la
discriminación y la homofobia a la que son sujetos el colectivo homosexual y
bisexual, les afectaban más que a los heterosexuales. Pero los resultados
obtenidos no fueron los esperados. "Como grupo, los hombres homosexuales y
bisexuales sufren menos estrés y menos problemas fisiológicos que los
heterosexuales", declaraba Juster a BBC Mundo. Además, el doctor y su
equipo observaron que aquellas personas homosexuales que eran abiertos con sus
familias y amigos "tenían menos ansiedad, depresión y menos niveles de
cortisol".
El cortisol es una hormona que se activa como
respuesta al estrés. En la medición de dicha hormona y otros indicadores
biológicos, como la insulina o la adrenalina, se basó este estudio.
Según los especialistas del estudio, el resultado se
debe a la resistencia: si logran ser honestos con su entorno social próximo
sobre sus preferencias sexuales, tienden a mostrar una fuerza que les permite
superar cualquier obstáculo. "Si eres un individuo que ha pasado algún
tipo de adversidad y eres capar de desarrollar una estrategia para superarla,
como persona te vuelves más sano y más capaz de lidiar con estrés futuro.
Creemos que eso es lo que hemos visto en la gente que ha salido del armario",
explicaba el coordinador de la investigación.
Para la investigación, 87 sujetos (hombres y mujeres),
de diversas inclinaciones sexuales, respondieron un cuestionario diseñado por
los científicos que contenían preguntas generales, para obtener datos estadísticos
de cómo se enfrentaban al estrés, sin tener en cuenta la orientación sexual.
Sin embargo, las mujeres homosexuales y bisexuales no
revelaron los mismos niveles de depresión que los hombres del mismo colectivo,
sino que registraron hasta niveles un poco más altos que las mujeres
heterosexuales. "Existen varias investigaciones que sugieren que dentro de
la población de gais, lesbianas y bisexuales, hay diferencia en cuanto a la
salud", siendo las mujeres lesbianas y bisexuales las más propensas a tener
depresión. Desde el equipo de Juster, creen que esto se debe a que "las
lesbianas son una minoría dentro de una minoría (...) son una especie de grupo
marginado dentro de un grupo ya marginalizado", explican.
El trabajo, que fue publicado el pasado martes en
Psychosomatic Medicine concluye que es positivo ayudar a salir del armario a
las personas homosexuales y que debe ser una cuestión de salud pública.
Refuerzan esta idea basándose también en otros estudios anteriores que asocian
la salud del colectivo homosexual con la sociedad en la que interacciona y las
leyes que permitan una mayor.
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