Por: Luciano
Montero, psicólogo.
¿Son más
listas ellas y más nobles ellos? ¿Son más rebeldes los niños y más dóciles las
niñas? ¿Hay algo de cierto en estos tópicos o se trata de estereotipos sexuales
sin fundamento?
¿Es lícito
generalizar sobre el comportamiento distintos de los niños y las niñas? ¿Cuáles
son las diferencias entre niños y niñas innatas, congénitas?
Tienen
órganos sexuales distintos y alguna diferencia mínima. Muchas veces un niño y
una niña se parecen más entre sí que un niño con otro niño o una niña con otra
niña.
Ciertas diferencias hormonales y cerebrales
hacen que los varones sean algo más grandes, pesados y fuertes que las niñas.
Además, tienden a movimientos corporales más amplios.
Las niñas suelen tener una mayor
coordinación física y un desarrollo más precoz, sobre todo en el lenguaje. Se
calman con más facilidad de sus rabietas y son algo más expresivas en los
gestos y en el habla.
Pequeñas
diferencias intelectuales
Algunas
personas tenemos la edad suficiente para recordar, de nuestra infancia, otros
tiempos en los que se afirmaba con naturalidad que los hombres eran superiores.
Hoy los tiempos han cambiado, y no hay tertulia radiofónica en la que algún
tertuliano "políticamente correcto" no suelte aquello de "claro,
como las mujeres sois más inteligentes...", ante el asentimiento
complacido de las aludidas. No se dan cuenta de que están creyéndose otra
estupidez equivalente y simétrica a la que se mantenía hace años, sin datos
reales que sustenten ninguna de las dos.
Las niñas, y
más tarde las mujeres, son superiores en fluidez de lenguaje, lo que se
relaciona con su más precoz aparición y desarrollo del habla, pero no son
superiores en riqueza de vocabulario, ni en comprensión y razonamiento verbal,
habilidades que incluso a veces sobresalen en los chicos.
Los niños
tendrán mejor razonamiento aritmético, pero las niñas les superarán en cálculo
numérico. Esto en cuanto las matemáticas. Los varones destacan en el amplio
campo de las aptitudes mecánicas y espaciales, así como en los grandes
movimientos corporales (coordinación dinámica general).
Las mujeres
les aventajan en destreza manual, con un mejor control de la muñeca y los dedos
(motricidad fina); por eso las niñas aprenden a vestirse antes y mejor que los
niños y les superan abrochando botones, haciendo nudos y, en general, en tareas
que requieren destreza y rapidez con las manos. También son mejores en la
percepción rápida de detalles y en tareas que requieren cambios frecuentes de
atención, así como en ciertos tipos de memoria.
La
influencia de la educación que se recibe en casa
La
investigación sobre las diferencias innatas entre niños y niñas se ha llevado
hasta los laboratorios de psicología experimental. Sin ningún condicionamiento
previo, los bebés varones en edad de gatear se dirigen espontáneamente hacia
los cochecitos de juguete y les prestan más atención que las niñas. En cambio,
ellas se dirigen más hacia los muñecos que los niños.
En otro
laboratorio de comportamiento infantil se eligió a un grupo de jóvenes madres y
se las hizo jugar con bebés desconocidos para ellas. Estas mujeres, a los bebés
vestidos como niños les ofrecían herramientas de juguete y les animaban a
portarse con energía. Por el contrario, a los bebés vestidos como niñas les
ofrecían muñecas y las elogiaban por ser guapas. Y algo más: si el pequeño
mostraba una conducta corporalmente vigorosa, las madres respondían con otra
aún más vigorosa, pero solo si el bebé se les había presentado como niño.
Entonces,
¿hasta qué punto se puede afirmar que las diferentes preferencias que se
apuntan en niñas y niños de un año de edad son de nacimiento? ¿No estarán, al
menos en parte, reflejando los aprendizajes recibidos de sus padres ya desde
que son bebés? Los investigadores así lo creen. Las ideas sobre masculinidad y
feminidad guían la conducta de las madres con sus bebés de pocos meses de edad.
El modo de comunicarse con el bebé parece diseñado para preparar su entrada en
el mundo equipados con los comportamientos y actitudes que se esperan para cada
sexo.
El papel de
papá
A los padres
parece preocuparles incluso más que a las madres el que los niños se comporten
del modo supuestamente adecuado a su sexo.
En general
son más sociables, complacientes y afectuosos con las niñas, mientras que son
más autoritarios y controladores con los varones y se ocupan más de los avances
intelectuales de éstos.
Al ser más
cariñosos y bondadosos con las hijas, los padres pueden estar limitando el
desarrollo social y emocional de los varones. Y al preocuparse más del desarrollo
intelectual de estos, están dándoles a las niñas el mensaje de que no se espera
gran cosa de ellas en el plano intelectual.
Pero todas
las personas combinan atributos masculinos o femeninos, por lo que hay que
empezar a evitar con nuestros hijos los estereotipos de sexo cuanto antes:
Debemos comprar los juguetes sin
prejuicios: muñecos para que los niños puedan jugar a ser padres si les place,
y coches, balones... tanto para ellos como para ellas.
Dejar que tengan amiguitos de ambos sexos.
Vestirles con una amplia gama de colores,
evitando la tradición del rosa y azul.
Hacer elogios no convencionales: "qué
valiente eres" (a la niña), "qué amable eres" (al niño).
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